Ha pasado una semana desde que James y sus amigos llegaron a Arnerys a pedir consejo con los Hartnes, y día a día, sin falta, James ha regresado para entrenar su poder con Hielo; al igual que Alann para aprender a pelear, con el entrenamiento de Agua.
Los
soldados de Denava no se han vuelto a aparecer, dándoles un merecido descanso a
los líderes de la aldea, y a James.
Una noche cualquiera, está Tierra haciendo
cuenta de cuántos han nacido, y cuántos lamentablemente se han ido a la otra
vida. Bajo la tenue iluminación de lámparas de fuego. Alza la mirada, pues
siente la energía de su compañero más frío acercarse.
Tierra: Hielo.
Hielo: ¿Estás ocupado?
Tierra: Estaba por terminar. ¿Qué necesitas?
Hielo:
¿Crees que puedas invocar el alma de un antepasado?
Tierra: ¿Cómo?
Dicha pregunta lo toma por sorpresa. ¿Podría?
Hielo:
Si la reencarnación es posible, entonces significa que las almas de las
personas permanecen intactas después de morir.
Tierra: Am, bueno… sí es cierto que la de Jayden está completa…
y tiene todos sus recuerdos, y mantiene su gran poder… pero ¿para qué querrías
hacer eso? ¿Con quién quieres contactar?
Hielo:
Quiero saber… *cierra los ojos y sacude la cabeza para despejar su mente* quiero
saber qué pasó antes de la guerra… qué la provocó realmente.
Tierra: Oh… entiendo…
Hielo:
Quizás… con eso podemos hacer ver a Denava que nosotros no somos los malos…
Tierra: Hm… es verdad… que ellos nos ven a nosotros como
monstruos…
Hielo:
Tú que ayudaste a esos mellizos y a su madre a entrar. Te han contado cómo son
las cosas allá, ¿no?
Tierra: Sí… somos demonios para ellos.
Hielo:
Si les probamos que no somos culpables de nada…
Tierra: ¿No quieres seguir peleando?
Hielo:
*baja la mirada* ¿Cuál es el punto?... Si de todos modos volverán.
Tierra: … *suspira y baja la mirada* yo tampoco quiero seguir
así… toda la vida… me gustaría poder ver a la aldea en paz, sin tener que
luchar por sobrevivir contra ellos…
Hielo:
Entonces ayúdame. *lo mira* Podríamos… acabar con esto, de la mejor manera.
Tierra: ¿Nos creerían?
Hielo:
¿Hm?
Tierra: Después de tantos años, la historia se pudo haber
modificado tanto… en nuestra contra.
Hielo: Les
daremos las pruebas.
Tierra: ¿Y si después lo esconden de su gente? *lo mira* Así
como hacen con el laboratorio…
Hielo:
Hm…
Tierra: Ahh… y se supone que yo soy el más pacífico.
Se lleva las manos a la cabeza, enredando
los dedos en su cabello, con una sonrisa nerviosa y los ojos cerrados. Su
compañero no dice nada. Tan solo lo mira, sin ninguna expresión en su rostro.
Tierra: Pero… lo intentaré *dice mientras se reincorpora* voy…
voy a intentarlo, y si funciona… ya veremos qué hacer después.
Hielo:
Bien… está bien.
Tierra: Te avisaré si consigo algo.
Hielo:
Gracias… descansa.
Tierra: *sonríe levemente* Igual tú.
Se da la vuelta y se retira, dejando a
Tierra solo, sumido en sus pensamientos, distraído de la labor que estaba
haciendo hacía unos minutos.
¿Será que lograría invocar el alma de un
antepasado? ¿Y de uno tan antiguo? ¿Y cómo lo haría?
Aquellas
preguntas comienzan a dar mil vueltas en su mente, pero intenta apartarlas lo
más que puede, para intentar regresar a su oficio. El número de secuestros
sigue en aumento cada vez que llegan los soldados de Denava; él y sus
compañeros no están siendo suficiente para poder proteger a su pueblo.
Entrenarlos tampoco sería lo ideal, si buscaban mantener el pacifismo de sus
habitantes. ¿Qué podrían hacer?...
Él solo puede seguir sumando, para
terminar esta noche. Al terminar, guarda el registro en el archivero de madera
que se encuentra a un lado de su escritorio, y luego se dirige a su habitación.
Hace a un lado la cortina que cubría el agujero de lo que debía ser la puerta. Fuego
lo esperaba despierto, sentado en el extremo inferior de la cama. Éste lo mira
cuando llega, y le dedica una pequeña y un tanto pícara sonrisa.
Fuego: Hey.
Tierra: Hola *se tumba sobre la cama, con la cabeza sobre su
regazo*
Fuego: ¿Qué pasa?
Tierra: Estoy cansado.
Fuego: No es cierto, no estás tan viejo aún. ¿En qué piensas?
Tierra: Hmm… Hielo me preguntó si podía invocar un alma.
Fuego: ¿Hum? Imagino que tiene que ver con Jayden.
Tierra: No realmente… es para saber qué pasó en realidad para
que provocara la guerra.
Fuego: Oh… ¿y lo harás?
Tierra: Lo intentaré. Quizás haya almas que se puedan contactar…
pero soy hechicero, no médium.
Fuego: Tendrías que inventar entonces.
Tierra: *suspira* No sé si pueda hacerlo…
Fuego: Ya dijiste que lo intentarías. *acaricia su cabello*
Tierra: Sí… veré qué puedo hacer.
Fuego: Bien… por ahora, ven y dame un beso. *lo mira*
Tierra: Je, sí, sí. *levanta su torso apoyándose con sus brazos,
y acerca su rostro al de su compañero, para besarlo. Lleva una mano a su
mejilla*
Fuego: Mh… así está mejor. *le rodea la cintura con un brazo* ¿Quieres
que te desestrese?
Tierra: *ríe* Cómo hablas… *dice en voz baja*
Fuego: ¿Y cómo quieres que hable, entonces?
Tierra: Jeje, no, así está bien… *lo abraza del cuello*
desestrésame entonces.
Fuego: *sonríe un poco más, sin nada de inocencia* Como ordenes,
maestro.
Minutos después, desde
afuera, gracias al eco que provoca las paredes de la cueva, solo se podían
escuchar leves susurros, gemidos ahogados y risas contenidas.
-¿No podemos ir afuera…? Mmh-
-No me dijiste dónde. Ya aquí estamos.
-Fe- hmm…
-Shhh…
-¿Cómo quieres que me calle si me atacas con semejante- ahj…
-¿Qué decías?...
-Maldito… mmh…
Lamentablemente no podían estar solos en
la cueva, pero sus compañeros ya estaban acostumbrados a escucharlos casi todo
el tiempo. Y siendo un trabajo tan exigente, lo mejor era simplemente dejarlos
relajarse cómodamente, donde quisieran, cuando pudieran.
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Una semana más de entrenamiento ha pasado.
No es suficiente aún para decir que están listos, pero sí para estar seguros de
que podrán defenderse, en caso de cualquier imprevisto por parte de Denava.
Hielo se encuentra, como todos los días,
junto a James, dándole consejos para poder controlar su poder, aunque a éste
aún le siga costando.
Hielo: Bueno,
al menos ya puedes activarlo a voluntad.
James: *asiente*
Hielo:
Hum… intenta invocar tu arma.
James: ¿A-arma?
Hielo:
Sí.
James: Ah, yo…
¿tengo una?
Hielo:
Deberías… eres Descendiente, y tienes los poderes de tu elemento. Deberías
tener tu arma también.
James: Oh… (tiene
razón) hum, pero… si tengo una, ni siquiera sé cómo es.
Hielo:
Humm… entonces sería como enseñarle a un niño a hacerlo por primera vez. Debes
concentrarte. Aunque no sepas cómo es, siente algo en tus manos.
James: Algo…
Hielo: Así.
Alza su mano derecha, cierra el puño, y
velozmente lo vuelve a bajar hacia su cadera. Un brillo aparece, y siguiendo el
movimiento de su mano está repentinamente un látigo de hielo. Cubierto con
picos en cada eslabón, y el tintineo del movimiento inunda el silencio de la
cueva.
James: Wao…
Hielo:
Puedes ver que esta es la mía… claro, tengo años de entrenamiento, por lo que
se me hace más fácil, pero lo que quiero decir es… hmm… (¿cómo le hace Tierra
para explicar tan bien?) debes, hum, concentrarte… en tus manos. *mueve sus
manos a la par que habla, intentando dar una imagen de lo que trataba de
explicar* Imagina el arma que crees que podría ser… (no había hablado tanto en
toda la semana). Una espada es lo más común.
James: Hm… *asiente una
vez con la cabeza* lo intentaré…
Cierra los ojos, y extiende su mano
derecha, con la palma hacia arriba, sosteniéndose el brazo con su otra mano.
Una espada. Es lo
más común.
Su ceño se frunce. Se muerde la parte
interior de la mejilla. Intenta concentrarse en una espada. La más típica que
se le pueda ocurrir. Pero no ocurre nada.
Hielo: (Hum…)
Te ves constantemente preocupado.
James: ¿Ah? *abre
los ojos y lo mira* sí… es que… han pasado tantas cosas… y pues… no estaba
preparado para nada de eso. *dice mientras se lleva la mano a la cabeza, enredando
los dedos en su cabello*
Hielo, por debajo de su casco, tiene una
mirada preocupada y triste. Aún no sabe la historia de James, pero puede notar,
con su forma de expresarse y su mirada, que le afecta mucho.
Se acerca a él, y
posa una mano sobre el hombro derecho del chico.
Hielo:
Ven, vamos a descansar un rato.
James: Ah, ok…
Lo lleva al exterior de la cueva, y le dice
que se relaje. Sin nada más que hacer, James comienza a caminar por el bosque,
mirando a su alrededor, completamente ensimismado. Sus pensamientos no dejaban
de dar vueltas por su cabeza, y con cada segundo se hacían más fuertes. Pero
intenta controlarlo.
Se detiene. Cierra los ojos y respira
hondo, tal y como su mentor le enseñó. Logra calmarse.
¿Se habrá activado su poder sin que se
diera cuenta? No sabría decirlo. No siente el frío. Nunca lo ha hecho.
Vuelve a caminar. Siente una energía
cerca. Es Sedrik. Camina en esa dirección. Lo encuentra, junto con Alba y Vend,
los dos niños que conocieron hace una semana. Los tres voltean a verlo y lo
saludan, y James los saluda de vuelta. La niña de cabello blanco corre
entusiasmada hacia él y lo abraza, él le devuelve el gesto.
Alba:
¡James, James! ¡Mira esto!
Ella lo suelta y da unos pasos atrás,
confundiendo un poco a James. Mientras Sedrik y Vend los veían a la distancia y
sonreían.
Alba se prepara; toma todo el aire que
puedan soportar sus pulmones, inclinándose ligeramente hacia atrás, juntando sus
rodillas y acercando sus puños a su pecho por instinto. Se veía graciosa. Finalmente,
se inclina hacia adelante, y una fuerte ráfaga sale de su boca. James se
sorprende, para luego sonreír. Al terminar, la niña voltea a verlo, orgullosa
de lo que acaba de hacer, esperando la respuesta de James.
James: ¡Waooo
genial! ¡Ya aprendiste!
Alba: ¡Sip! ¡Vend me enseñó! ¡Y Sedrik
También aprendió!
James: Je, ¿enserio?
Sedrik: ¡Sep! Este niño se sabe más trucos que yo jajaja.
Vend: ¡Soy genial!
Jejeje.
Sedrik: Jaja, sí que sí.
Alba: James, ¿puedo ver tu marca?
James: ¿Hm? Oh,
claro. *sube la manga de su brazo derecho, mostrando su marca celeste*
Alba: Ohhh… ¡tienes el brazo casi tan
ancho como el de Hielo! *dice, tocando el brazo de James con sus pequeñas manos*
Jame: Je, ¿enserio?
Bueno, supongo que voy a tener que cambiar de chaqueta, jeje.
Alba: ¡O mejor ponte más ropaaa! *suelta
su brazo para ahora golpear suavemente su abdomen descubierto*
James: Jajaja.
Alba: ¡James, vamos al lago!
James: ¿Al lago?
Vend: ¡Síii!
¡Vamos!
Alba: ¡Vamoooos!
James: Jeje, bien,
bien, vamos al lago.
Guiados por los niños, los cuatro se
dirigen al lago sagrado de Arnerys. Llegan a un área en donde los árboles se
juntan más, y los arbustos son más altos que el resto; cruzan el follaje, y
frente a ellos se encuentra el lugar que buscaban. Agua cristalina, rodeado de
un muro de árboles; algunos incluso parecen estar decorados con manualidades.
Sin esperar a nadie, Vend y Sedrik corren
hacia el agua y saltan; con una fuerte brisa y un brillo a su alrededor, sus
ropas se cambian, quedando tan solo en pantalones cortos.
James: Wow… je… qué
genial.
No busca hacer lo mismo; se mojaría la
chaqueta. No puede quitarse la chaqueta. No.
Se acerca a la orilla y se quita los
zapatos, sube la basta de su pantalón, y mete los pies en el agua. Se siente
bien. Sonríe. Se siente como un efecto calmante.
Alba se acerca a él.
Alba: James, ¿por qué no entras al
agua?
James: ¿Hm? *la
mira* Ahh, no gracias, estoy bien así n.n
Alba: ¿No sabes nadar?
James: Sí sé, solo…
no tengo ganas, es todo.
Alba: Bueeeeno… yo no sé nadar.
James: ¿No?
Alba: *niega con la cabeza, y
básicamente todo el cuerpo* Me da miedo…
James: Ohh… hmm,
bueno… *mira al lago, donde su amigo y el pequeño se divierten* Sedrik y Vend
están nadando tranquilos, ¿no? *vuelve a mirar*
Alba: Hmm-hm.
James: Bueno, puedes
nadar tranquila también n.n
Alba: Me da miedo ahogarme…
James: Entiendo…
pero descuida, ellos no dejarán que algo te pase. *toma su manita* Puedes
pedirles que te enseñen a nadar.
Alba: *mira de vuelta a donde están los
dos chicos nadando*
James: Anda, estarás
bien.
Alba: Okeeey.
James: Bien n.n ya
verás que aprendes rápido. Nadar es divertido. *suelta su mano*
Alba: ¿Y cuándo vas a nadar con
nosotros?
James: Hmm no lo sé…
ahorita no tengo ganas.
Alba: Está bieeen. ¡Veeend!
James: Je.
Cambia su ropa a un vestido de baño
enterizo; es realmente impresionante que puedan hacer algo como eso. Vend se
acerca nadando a la orilla, y la niña se lanza, prácticamente a los brazos de
su amigo. Se puede ver el cariño que se tienen esos dos niños. Es bueno ver una
relación así.
La tarde pasa así, hasta que anochece, y
los niños ya deben regresar a sus hogares. Un joven Firex, en sus 20, llamado
Hexen, es quien va a buscar a Vend. No son familia, pero Hexen cuida al niño
desde que ambos perdieron a sus propias familias, junto con otros niños y
muchachos.
Está James de vuelta en la cueva, realizando
ejercicios de respiración junto a su mentor, Hielo. Al terminar, simplemente le
dice que pueden regresar, y que al día siguiente se volverán a ver.
Al llegar a la casa temporal de James, los
cuatro amigos deciden irse a bañar uno por uno. Alann, Sedrik y Hector
decidieron quedarse allí, para poder estar cerca de James y acompañarlo, además
de que pueden aprovechar para igualmente entrenar junto a los Hartnes.
A la hora de cenar, se mantienen callados,
y únicamente el sonido del televisor los aleja de estar en un completo e
incómodo silencio. El canal de las noticias está puesto. Accidentes de autos,
protesta por corrupción en el gobierno, tres heridos y un muerto producto de
una balacera. Casi todos los días era lo mismo en esa ciudad, en ese país.
Aunque no se han preguntado cómo es que están viviendo allí sin ningún problema
legal.
Alguien toca la puerta. Los cuatro chicos
alzan la mirada y la dirigen hacia la puerta.
Sedrik: Es Shion.
James: Sí… *se
levanta, y rápidamente camina la puerta y la abre* Shion *sonríe* hola… *mira
hacia abajo, notando a alguien más en sus brazos* Emiii.
Emily:
¡Holaaa! *alza los brazos*
James: Jeje, holaa
*le toma las manos y se las besa* te extrañé mucho.
Emily:
También te extrañéee.
James: Je… *vuelve a
mirar a Shion* a ti también te extrañé mucho *dice mientras lleva una mano a la
mejilla de su pareja*
Shion: Yo igual… ¿cómo te ha ido?
James: Bastante bien
n.n he estado… aprendiendo bastante.
Shion: Me alegra…
James: Je… oh, lo
siento, *se hace a un lado* pasa.
Shion: Oh, gracias. *entra a la casa, y James cierra la puerta*
Hola.
Sedrik: Qué tal nwn/ espero que ya hayas cenado, porque ya no
queda nada hecho XDU
Shion: ¿Hm? Oh, descuida, ya cenamos.
Emily:
¡Sí! ¡Comimos lasaña de vegetales!
James: Ohh, ¿y no me
trajiste nada?
Emily:
*niega con la cabeza*
Sedrik: Oww, yo quería u3ù hey Hector, *mira a su hermano*
¿aprendemos a hacer lasaña?
Hector:
Oh, claro. Suena bien.
Sedrik: ¡Bien!
James: Je, también
me agrada la idea.
Sedrik: ¡Perfecto! :D
Alann: Je, entonces
veremos mañana si tenemos lo necesario para hacerla.
Sedrik: ¡Wooo! ¡Día de lasaña! >3</
James: Je.
Una vez terminan de comer y limpiar, todos
se alistan para ir a dormir. Al haber tres habitaciones, Sedrik y Hector se
quedan en una, James y Shion en la principal, y Alann se queda con Emily, para
darle privacidad al hermano mayor de ésta; lleva una semana sin ver a su novio,
supo de inmediato que era lo mejor.
Acostados, arropados, y muy juntos, Shion
y James hablan tranquilamente, mientras el mayor acaricia con ternura desde las
mejillas hasta la cadera de su pareja.
James: *suspira*
Enserio te extrañé
Shion: Yo igual…
James: Esta semana
ha sido… no sé… interesante.
Shion: ¿Ya has podido aprender a manejar tus poderes?
James: Oh, sí,
bastante bien- bueno… al menos ya puedo activarlo voluntariamente. Solo… hum…
Shion: ¿Hm?
James: Para hacerlo
debo pensar en algún… recuerdo… y luego anularlo cuando ya se active mi poder.
Shion: Ya veo.
James: Aunque no
siempre logro… anularlo… y pierdo el control entonces.
Shion: Hm…
James: … la agente
Aghata había mencionado algo sobre psicólogo… ¿crees que eso ayudaría?
Shion: ¿Psicólogo? (Bueno, ha pasado por mucho… y no estaba
preparado para nada de eso) Sí… es buena idea.
James: ¿Tú crees? Es
que… ni siquiera sé bien cómo es.
Shion: Descuida, estará bien… te hará bien.
James: Hmm… *pega su
frente a la de Shion* si voy… ¿en qué me ayudará exactamente?
Shion: A superar los traumas…
James: Ah… ¿traumas?
Shion: ¿No has oído de eso?
James: Pues… no ha
detallee…
Shion: Son… eventos, malos, que te hayan pasado, y que se han
quedado contigo por mucho tiempo. Y que te hayan afectado en algún aspecto de
tu vida.
James: Hum… ya veo…
*baja la mirada* han sido… muchas cosas.
Shion: Hm… *le acaricia la mejilla* puedo ayudarte a buscar un
psicólogo… para que empieces a ir, y estar mejor.
James: *lo mira* ah…
*sonríe levemente* gracias…
Shion: *igual sonríe*
Se acercan el uno al otro, y se dan un
tierno beso, que con el tiempo sube suavemente de intensidad. Las manos de
James se envuelven en el torso de Shion, mientras éste le abraza del cuello,
acercándose aún más entre sí.
Más noches así, quisieran.
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